Paisajes mínimos

La abstracción está en la naturaleza (G. Morandi)

Miramos un paisaje, acercamos nuestra mirada, como con un zoom, seleccionamos un fragmento, un detalle, y encontramos paisajes ocultos, unos dentro de otros, mundos encerrados en otros mundos. La escala compone nuevos paisajes mínimos, pero con la misma capacidad evocadora del gran paisaje. Y en ese proceso, además, encontramos la abstracción, una vez limpiada la imagen de su contexto. Pues abstraer es extraer una cosa de su contexto, descontextualizarla. Así, construimos infinitas lecturas con las mismas palabras, con los mismos elementos de una imagen. Un orden dentro de otro que se convierte en otra cosa plenamente autónoma. La enorme complejidad de lo pequeño. Mundos para fantasear sobre la realidad y la ensoñación. Realismo y abstracción son una misma cosa, todo depende de la selección de la mirada, de la escala, de las proporciones. Lo real y lo surreal o lo suprareal, todo en uno; lo uno dentro de lo otro. Pues la imagen abstraída se convierte, a su vez, en una nueva realidad. Paisajes dentro del paisaje, paisajes mínimos. Abstracción escondida en la naturaleza y en las formas construidas por los humanos. Arquitecturas fantásticas que se revelan por ampliación del detalle, eliminando el contexto. Ritmos, movimientos, simetrías, composiciones… todo ello oculto esperando la mirada que lo descubra.

De la entropía a un nuevo orden. La descomposición ordenada alumbra un orden geométrico, que, a su vez, por descomposición alumbrará nuevas formas, nuevos órdenes. El arte de la naturaleza, el arte en la naturaleza, la mirada aliada de la naturaleza.